Porque cuando somos pequeñas sonreímos sin razón, no nos hace falta un motivo por el cual sonreír, estamos todo el tiempo sonriendo, no nos importa los problemas, no nos importa nada, solo jugar y sonreír.
Pensándomelo bien volvería hacer pequeña, para olvidarme de todo y solo sonreír, donde por un momento el mundo no es una falsedad, llena de gente mala.

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